EL LARGO ALCANCE DEL CORTOMETRAJE
Hay un debate recurrente sobre el cortometraje desde hace años en festivales, encuentros de profesionales, mesas redondas, mercados, etc. Se resumiría en esta pregunta: ¿por qué no recibe el cortometraje el mismo reconocimiento que el largometraje? El problema que encierra esa pregunta (formulada de forma más habitual por distribuidores, pero no de forma exclusiva por ellos en absoluto) es que no aclara de qué reconocimiento habla ni quién tendría que llevarlo a cabo. Es decir, no aclara a quién va dirigida la pregunta, de forma que es imposible responderla.
Si hablamos de cortometrajes como obras cinematográficas, debemos recordar que algunos de los grandes maestros de la historia del cine han entregado grandes obras en formato corto (Godard, Malle, Varda, Marker, Garrel…). En cuanto obra, el corto ya está reconocido en todo el mundo. Pero, ¿lo está como producto industrial?
Siguiendo la lógica del capitalismo, un cortometraje nunca puede producir los mismos beneficios que un largometraje (de hecho, es inhabitual que un cortometraje produzca beneficios), sea muy grande o muy pequeño su presupuesto, de forma que en cuanto producto industrial nunca va a tener el mismo reconocimiento que un largometraje de forma natural, y sería muy sano entender que estas dos perspectivas son complementarias y no excluyentes.
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