DESDE BERLANGA HASTA EL FARY
De todo el cine hecho bajo el régimen fascista de Franco, hay muchas cosas que tirar al mar atado con cadenas para que no vuelva nunca más a la superficie, y algunas cosas (pocas) que seguir celebrando, como el cine de Berlanga. Pero mientras el cine de Berlanga sigue vivo todavía hoy, hay un momento que representa como ninguno el cine del franquismo, y que décadas después sigue siendo recordado porque también representa lo que era ser un hombre en el franquismo. Me refiero al celebrado momento (de una película infumable como el Atraco a las 3 de José María Forqué) en el que José Luis López Vázquez se declara “un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo” (ocurre más de una vez en la película).
Sin genuflexión, pero de rodillas, el personaje de López Vázquez representa varias generaciones de hombres a merced del poder, de la fama, de la belleza femenina entendida como ideal platónico, y que tienen a un exponente evidentísimo en el Fary cuando hablaba del “hombre blandengue” sin darse cuenta de que é también era una persona sometida. La violencia defendida por gente como El Fary solo demostraba su impotencia y en 2022 damos las gracias porque esta gente esté desapareciendo, aunque la violencia de género aún, tristemente, no se ha extinguido.
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